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Volumen 2, Número 1 Ene.-Mar. 2006
Director Médico Corporativo Hospitales Star Médica.
Presidente de la Sociedad Michoacana
de Ortopedia y Traumatología AC.
Dirección para correspondencia:
Fernando Padilla Becerra
Virrey de Mendoza No. 2000, Colonia Félix Ireta. Morelia, Mich. 58070
Correo electrónico: fpadillabecerra@hotmail.com
Aplicaciones de la osteosíntesis en la cirugía de mano
Fernando Padilla Becerra*
Objetivos:
a) Analizar las lesiones que ocurren con mayor
frecuencia en los huesos y articulaciones
de la mano.
b) Proponer en forma práctica los tratamientos
más utilizados, enfatizando en aquellos que
requieren osteosíntesis.
INTRODUCCIÓN
Las fracturas en las manos son frecuentes: comprenden de 15 a 20% de los accidentes laborales. De cada 100 fracturas 50 ocurren en la mano, aunque llegan a considerarse
insignificantes. No obstante, el resultado del tratamiento de una fractura en las manos no siempre es alentador, ya que la principal complicación es la rigidez. Aunque también se pueden presentar otras como: consolidación viciosa, adherencias tendinosas, infecciones, seudoartrosis, distrofia simpático refleja, etc., que pueden generar una limitación funcional muy importante. En ninguna parte del cuerpo la función y el movimiento están tan relacionados con su estructura anatómica como en la mano. Las fracturas desplazadas que consolidan en posición viciosa pueden ser causa de un desequilibrio en el mecanismo flexor y extensor de los dedos, lo que ocasionaría limitación en la movilidad articular, pérdida de fuerza y destreza, así como deformidad y contractura. La estabilidad depende del tipo de fractura y de la integridad del periostio. Una fractura estable se puede mantener con una férula o un aparato de yeso en
posición de “seguridad” o “Intrinsic Plus” que mantiene la muñeca neutra, flexión metacarpo-falángica y extensión de interfalángicas (Figura 1) para mantener los ligamentos colaterales de las articulaciones interfalángicas y metacarpo-falángicas la máxima longitud y de esta forma evitar que se retraigan, lo que condiciona una disminución en el riesgo de rigidez.
Dentro de las indicaciones para osteosíntesis en la mano están: fracturas inestables o articulares desplazadas, fracturas reducidas inadecuadamente, fracturas expuestas con lesión de tejidos blandos y fracturas múltiples. Las fracturas inestables son aquellas que a pesar de reducirse no se pueden mantener en su sitio y también aquellas que a pesar de la manipulación no pueden ser reducidas.
medigraphic Artemisa
Padilla Becerra F. Osteosíntesis en cirugía de mano
Las fracturas inestables simples se pueden mantener con clavillos de Kirschner.
Las fracturas inestables complejas requieren de reducción abierta y fijación
interna, éstas incluyen a todas aquellas fracturas irreductibles en forma cerrada,
conminutas, con pérdida ósea y aquéllas diagnosticadas tardíamente, sobre todo
en pacientes politraumatizados y polifracturados. Los desplazamientos de las
fracturas son determinados por las unidades musculotendinosas que actúan a
través de los fragmentos.
Evaluación de la lesión
Todos los pacientes con una fractura en la mano requieren evaluación especial de
los tejidos blandos, incluso en las pequeñas heridas, ya que puede tratarse de la
exposición de una fractura o de una lesión de paquete vascular y/o nervioso.
A todos los pacientes, inclusive aquellos que han sufrido una fractura menor,
se les debe realizar un examen minucioso de partes blandas, sistema motor,
sensitivo y de tendones en toda la mano.
La deformidad rotacional es más evidente con los dedos semiflexionados para
que se revise el paralelismo de las uñas. Cuando están completamente flexionados
todos los dedos apuntan hacia el tubérculo del escafoides.
La deformidad angular se valora mejor con los dedos extendidos. Los dos factores
que más influyen en el resultado final después de una fractura en la mano son:
1. La severidad del traumatismo
2. El método de tratamiento primario utilizado
Estudios radiológicos
Se debe realizar una evaluación radiológica completa de la mano o por lo menos
incluir las proyecciones dorsopalmar, lateral y oblicua. Pueden hacerse necesarias
proyecciones adicionales, dependiendo de la lesión. Se debe revisar por
completo la radiografía, no sólo la zona lesionada, con la intención de detectar
lesiones asociadas y evaluar la estabilidad de cualquiera de las fracturas en
forma clínica y radiográfica.
Tratamiento
El tratamiento ideal depende de varios factores: los que engloban al paciente y
los que involucran la lesión. En lo que respecta al paciente debe considerarse su
Figura 1. Posición
Intrinsic Plus.
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Ortho-tips Vol. 2 No. 1 2006
MG
edigraphic.com
:rop odarobale FDP
VC ed AS, cidemihparG
arap
acidémoiB arutaretiL :cihpargideM
sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
estado de salud general, nivel de actividad, ocupación, mano dominante y las
características de la lesión como el grado de afección a partes blandas y el tipo
de fractura o fracturas. El manejo principal de las lesiones en la mano incluye
una reducción lo más anatómica posible; los esfuerzos deben encaminarse a
limitar el dolor, minimizar las cicatrices e iniciar la movilidad tan pronto como sea
posible. La aplicación de estos principios van a minimizar la rigidez, principal
complicación en las fractura de mano.
Generalmente, las fracturas estables pueden ser tratadas mediante reducción
cerrada e inmovilización de la mano en una posición funcional por un par de
semanas y posteriormente iniciar movilización precoz protegida.
Las fracturas inestables, la mayoría de las veces, requieren tratamiento quirúrgico,
así como las fracturas intraarticulares desplazadas y las fracturas asociadas
a lesiones de partes blandas.
Las fracturas expuestas se consideran generalmente inestables porque han
absorbido la suficiente energía como para romper los tejidos y exponerse a
través de la piel, es muy difícil mantener reducidas este tipo de lesiones a
través de un método cerrado. Cuando las fracturas expuestas se encuentran
en pacientes politraumatizados utilizar una fijación estable facilitará su rehabilitación
integral.
Las fracturas expuestas en la mano son diferentes a las expuestas en cualquier
otra parte del organismo, una fractura en el metacarpiano o falange no es
una pequeña fractura de tibia, son diferentes por el excelente aporte sanguíneo
en la mano, incluso la clasificación de Gustillo no se adapta perfectamente a
este tipo de lesiones.
Factores de mal pronóstico
Los pacientes mayores de 50 años con enfermedades metabólicas o sistémicas,
como la diabetes o padecimientos que requieran terapia con corticoides,
tienen un pronóstico más sombrío, al igual que aquéllos con fracturas
en las que existen pérdidas óseas intraarticulares y daño extenso de
tejidos blandos.
Un manejo deficiente de la pérdida o daño cutáneo con inmovilización prolongada
seguramente tendrá un mal resultado funcional.
FRACTURAS DE FALANGE DISTAL
Estas fracturas son muy comunes, generalmente son resultado de una lesión
por machacamiento, a menudo la fractura se acompaña de daño significativo al
pulpejo o al lecho ungueal. Después de reconstruidas las partes blandas deben
utilizarse férulas que inmovilicen lo menos posible, que sólo involucren la articulación
interfalángica distal (IFD) para no causar rigidez a la interfalángica proximal
(IFP). Las lesiones de la falange distal cursan con mucha morbilidad, principalmente
problemas relacionados con complicaciones de partes blandas como
pérdida de la sensibilidad, pérdida de tejido del pulpejo, neuromas y deformidades
de las uñas.
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Padilla Becerra F. Osteosíntesis en cirugía de mano
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FRACTURAS DE FALANGE MEDIA Y PROXIMAL
Las fracturas inestables de la falange proximal se caracterizan por un ápex angulado
anteriormente debido a la tracción que como rienda ejercen los músculos
interóseos sobre el fragmento proximal. La angulación palmar acorta la longitud
de la falange proximal y compromete la función del aparato extensor, lo que ocasiona
dificultad para la extensión de la articulación interfalángica proximal (IFP).
Las fracturas de la falange media que ocurren distales a la inserción del tendón
del flexor superficial angulan el ápex anteriormente debido a la tracción del
flexor superficial de los dedos sobre el fragmento proximal y tracciona el mecanismo
extensor que extiende la articulación interfalángica distal (IFD).
Las fracturas inestables de la falange intermedia que se presentan en el segmento
proximal a la inserción del flexor superficial angulan el ápex dorsalmente
debido a la tracción que ejerce la bandeleta central sobre el fragmento proximal
y la tracción del flexor superficial sobre el fragmento distal.
La reducción cerrada y la inmovilización externa generalmente se consideran sólo
en fracturas estables no desplazadas o mínimamente desplazadas. Una vez que verifique
que su reducción es estable y se encuentra debidamente inmovilizada, tome
estudios radiológicos cada semana durante tres semanas para verificar la reducción.
No debe haber desplazamientos, acortamientos, angulaciones ni rotaciones.
Cuando se puede realizar una reducción cerrada pero es difícil de mantener, se
coloca un clavillo de Kirschner percutáneo para lograr la estabilidad (Figura 2).
Cuando no es posible realizar la
reducción en forma cerrada, se decide
entonces hacerla abierta y utilizar
alguna técnica de fijación interna
como clavos de Kirschner, alambre,
tornillos, placas y tornillos de minifragmentos
(Figura 3).
La fijación externa se utiliza en el
tratamiento de las fracturas expuestas
contaminadas, fracturas asociadas
a daño de partes blandas y fracturas
con pérdida ósea.
FRACTURAS DE METACARPIANOS
Las fracturas del cuello de los metacarpianos
deben ser reducidas ante
cualquier deformidad rotacional o lateral,
no hay un acuerdo general sobre
el grado de deformidad o angulación
sagital que se permita. En la mayoría
de los casos, las angulaciones hasta
Figura 2. Fx falange media. de 70° no repercuten funcionalmente.
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Ortho-tips Vol. 2 No. 1 2006
MG
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Tratamiento
El tratamiento oscila desde
una férula en flexión
metacarpofalángica con
articulaciones interfalángicas
libres hasta intentar
la reducción abierta
o cerrada y estabilización
con un clavillo de
Kirschner, sobre todo en
los casos de conminución
palmar. Jamás deben
inmovilizarse las falanges
en flexión.
La reducción abierta
y estabilización interna
con placa de minifragmentos
es requerida
cuando la fractura es
irreducible por métodos cerrados (Figura 4).
Las fracturas de la diáfisis de los metacarpianos tienen angulación dorsal del
ápex y acortamiento debido a la tracción que ejercen los músculos interóseos.
Los ligamentos intermetacarpales previenen un acortamiento mayor a 3 ó 4 mm.
Sin embargo, se aceptan hasta 5 mm de acortamiento sin repercusión funcional.
Las alteraciones en la rotación pueden ser reducidas perfectamente.
Cuando se trata del índice y dedo medio se procura realizar reducciones anatómicas;
sin embargo, también se aceptan hasta 5 mm de acortamiento.
El tratamiento en el caso de las fracturas estables es una férula o aparato de
yeso en posición de seguridad (flexión en la MF y extensión IF).
El tratamiento quirúrgico se reserva para aquellos casos en los que el manejo
conservador ha fracasado, para fracturas expuestas, para fracturas múltiples,
cuando hay lesión de partes blandas y/o pérdidas óseas. El enclavado
percutáneo y la fijación externa son de utilidad en el caso de las fracturas
expuestas, de lo contrario se pueden utilizar implantes de minifragmentos para
fijación interna.
Figura 3. Osteosíntesis con placas de minifragmentos.
Figura 4. Osteosíntesis de metacarpianos.
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Padilla Becerra F. Osteosíntesis en cirugía de mano
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DEDO EN MARTILLO
El dedo en martillo se presenta por una fractura
interarticular de la falange distal con desinserción
del mecanismo extensor y hay tres posibilidades
de patrón fracturario: 1) fractura no
desplazada, 2) fractura con desplazamiento significativo,
3) subluxación interfalángica.
En cuanto al tratamiento, lo más recomendable
es que sea cerrado con inmovilización
de la articulación interfalángica distal (IFD) en
extensión durante 5 semanas, permitiendo movilidad
libre de la articulación interfalángica
proximal. En estos casos la reducción abierta
y fijación interna es un procedimiento demandante
con alta morbilidad.
LUXACIÓN INTERFALÁNGICA PROXIMAL
En una luxación interfalángica proximal puede
resultar lesionado el fibrocartílago que se inserta
en la base palmar de la falange media y los
ligamentos colaterales. En los casos en que no
hubo lesión ósea (Figura 5) la articulación generalmente es estable después de la
reducción, la cual se realiza con tracción longitudinal bajo anestesia regional.
Después de la reducción se coloca una férula dorsal que permita la flexión
activa pero que impida la hiperextensión. Las consecuencias más frecuentes
son edema crónico, dolor y limitación funcional de la interfalángica proximal (IFP),
por lo que es importante hacer del conocimiento de los pacientes que estas
molestias se pueden prolongar por meses.
FRACTURA LUXACIÓN DE LA ARTICULACIÓN INTERFALÁNGICA PROXIMAL
Esta es una lesión muy importante que ocurre cuando el trauma axial es combinado
con otras fuerzas, se fractura la superficie articular palmar de la base de la
falange media, generalmente multifragmentada, y en ocasiones se luxa la articulación
IFP. Esta es una lesión frecuentemente difícil de manejar y puede ser
responsable de la incapacidad funcional permanente del dedo.
La maniobra de reducción consiste en aplicar tracción longitudinal sobre el
dedo afectado. Posteriormente es imprescindible realizar una proyección radiológica
lateral verdadera de la articulación IFP para detectar cualquier incongruencia
articular en la relación entre la falange proximal y media (Figura 6).
Cuando la reducción es posible el tratamiento resulta un tanto paradójico, ya
que se tiene que instalar una férula que por un lado bloquee la extensión a 100°
y por otro que permita la flexión activa. La fractura, por lo general, compromete
Figura 5. Luxación IFP.
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Ortho-tips Vol. 2 No. 1 2006
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sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
cihpargidemedodabor
por lo menos 60% de la superficie articular y para que el tratamiento
sea exitoso se requiere que la articulación sea estable,
lo que se logra instalando una férula con pocos grados de flexión
para bloquear la extensión por arriba de este punto y permitir la
flexión libremente. A medida que va cicatrizando, los grados de
bloqueo de extensión se van disminuyendo hasta lograr la extensión
completa del dedo afectado (Figura 7).
Cuando no es posible hacer la reducción por métodos cerrados
o cuando la fractura tiene un fragmento mayor, el tratamiento
será reducción abierta y fijación interna, con el inconveniente
de que casi siempre quedará rigidez articular como consecuencia
de esta fijación.
Los fijadores externos y la tracción dinámica, como la propuesta
por Shenk, pueden ser útiles para alinear fragmentos conminuidos.
Se pueden esperar resultados satisfactorios si se mantiene
la reducción articular mientras se realiza la movilización.
La artroplastia del fibrocartílago palmar es un procedimiento
de salvamento para lesiones crónicas o para los casos en los
que han fallado otros métodos.
FRACTURAS CONDÍLEAS DE LAS FALANGES PROXIMAL Y DISTAL
Estas fracturas son intraarticulares y
generalmente tienden a desplazarse
(Figura 8).
Se tratan mediante reducción
abierta y fijación interna para restaurar
la congruencia articular y después
de un esquema serio de rehabilitación
recuperar los arcos de
movilidad.
FRACTURAS LUXACIONES CARPOMETACARPIANAS
El 70% de las lesiones ocurren en
la articulación del ganchoso con el
quinto metacarpiano. La porción radial
del quinto metacarpiano generalmente
permanece unida al ganchoso,
la tracción permanente de los
tendones cubitales anterior, posterior
y del abductor del quinto dedo
contribuyen al desplazamiento
Figura 7. Manejo conservador. proximal del metacarpiano.
Figura 6.
25
Padilla Becerra F. Osteosíntesis en cirugía de mano
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Se requieren radiografías de buena calidad en proyecciones AP, lateral y oblicuas,
y ocasionalmente se requieren tomografías para evaluar mejor la magnitud
de la lesión.
Tratamiento
Este tipo de lesión se puede reducir con facilidad en forma cerrada, pero es
difícil de mantener sin alguna fijación suplementaria como puede ser mediante
clavillos de Kirschner (Figura 9). Se debe tener especial cuidado en la reducción
de la diáfisis del metacarpiano para recuperar la longitud normal de este rayo.
LESIONES DEL PULGAR
Se requiere de estabilidad en el pulgar
para lograr la prensión y una pinza
poderosa. En el caso de fracturas
proximales generalmente el ápex de
la desviación es radial, se pueden
permitir hasta 30° de angulación. La
reducción cerrada es posible pero
difícil de mantener, por lo que serán
necesarios uno o dos clavillos de
Kirschner para mantenerla reducida.
LESIONES ARTICULARES CARPOMETACARPIANAS
DEL PULGAR
Las fracturas de Bennett (Figura 10)
son lesiones articulares con un pequeño
fragmento palmar unido al segundo
metacarpiano. Las fracturas
de Rolando son de más alta energía,
por lo que presentan conminu-
Figura 9. Luxación carpo-metacarpiana.
Figura 8. Fractura condílea.
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Ortho-tips Vol. 2 No. 1 2006
MG
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Figura 10. Fractura luxación de Bennett.
ción de la base del pulgar adoptando
formas de “T” o “Y”.
El fragmento palmar se mantiene
unido al ligamento oblicuo anterior
del trapecio. La base del metacarpiano
y la diáfisis se desplazan dorsal y
radialmente por la tracción del tendón
del abductor largo del pulgar.
Tratamiento
La estabilización de la fractura de
Bennett se consigue generalmente
después de la reducción cerrada, con
la fijación de un clavillo dirigido al
fragmento estable, al trapecio y/o al
segundo metacarpiano.
En ocasiones se requiere de reducción
abierta y fijación interna con tornillos (Figura 11) o con miniplacas y
tornillos de 1.5 mm (Figura 12). En fracturas articulares se recomienda reducción
anatómica para evitar en lo posible la artritis postraumática.
La fractura de Rolando generalmente ocurre por carga axial que multifragmenta
la superficie articular de la base del primer metacarpiano, los patrones
de fractura suelen ser en “T” o en “Y” y tienen tres o más fragmentos que si
no están desplazados se pueden contener con clavillos percutáneos intrafocales.
Si hay desplazamiento, lo recomendable será la reducción abierta y
fijación interna con clavillos, tornillo de compresión interfragmentaria o miniplaca
de sostén.
En resumen, las lesiones en la mano son muy comunes y ninguna de ellas se
debe considerar insignificante sólo porque ocurren en huesos pequeños, todas
Figura 11.
27
Padilla Becerra F. Osteosíntesis en cirugía de mano
edigraphic.com
se deben acompañar de una rehabilitación intensiva si es que han sido tratadas
correctamente.
BIBLIOGRAFÍA
1. Méndez L, Padilla F. Método de estabilización interna para fractura diafisiaria de metacarpiano
único. Rev Mex Ortop Traum 1995; 9(3): 131-133.
2. Padilla F. Relación entre las lesiones de mano y el coeficiente intelectual de los pacientes. Tesis de
subespecialidad, UNAM, 1989.
3. Padilla F, Aviña J. Traumatismo de mano. En: Lesiones por accidentes. México: McGraw Hill-Interamericana,
1998: 145-181.
4. Schenck RR. Dynamic traction and early passive movements for fractures of the proximal interphalangeal
joint. J Hand Surg Am 1986; 11(6): 850-858.
Figura 12. Fractura luxación de Rolando.
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Dirección para correspondencia:
Fernando Padilla Becerra
Virrey de Mendoza No. 2000, Colonia Félix Ireta. Morelia, Mich. 58070
Correo electrónico: fpadillabecerra@hotmail.com
Aplicaciones de la osteosíntesis en la cirugía de mano
Fernando Padilla Becerra*
Objetivos:
a) Analizar las lesiones que ocurren con mayor
frecuencia en los huesos y articulaciones
de la mano.
b) Proponer en forma práctica los tratamientos
más utilizados, enfatizando en aquellos que
requieren osteosíntesis.
INTRODUCCIÓN
Las fracturas en las manos son frecuentes: comprenden de 15 a 20% de los accidentes laborales. De cada 100 fracturas 50 ocurren en la mano, aunque llegan a considerarse
insignificantes. No obstante, el resultado del tratamiento de una fractura en las manos no siempre es alentador, ya que la principal complicación es la rigidez. Aunque también se pueden presentar otras como: consolidación viciosa, adherencias tendinosas, infecciones, seudoartrosis, distrofia simpático refleja, etc., que pueden generar una limitación funcional muy importante. En ninguna parte del cuerpo la función y el movimiento están tan relacionados con su estructura anatómica como en la mano. Las fracturas desplazadas que consolidan en posición viciosa pueden ser causa de un desequilibrio en el mecanismo flexor y extensor de los dedos, lo que ocasionaría limitación en la movilidad articular, pérdida de fuerza y destreza, así como deformidad y contractura. La estabilidad depende del tipo de fractura y de la integridad del periostio. Una fractura estable se puede mantener con una férula o un aparato de yeso en
posición de “seguridad” o “Intrinsic Plus” que mantiene la muñeca neutra, flexión metacarpo-falángica y extensión de interfalángicas (Figura 1) para mantener los ligamentos colaterales de las articulaciones interfalángicas y metacarpo-falángicas la máxima longitud y de esta forma evitar que se retraigan, lo que condiciona una disminución en el riesgo de rigidez.
Dentro de las indicaciones para osteosíntesis en la mano están: fracturas inestables o articulares desplazadas, fracturas reducidas inadecuadamente, fracturas expuestas con lesión de tejidos blandos y fracturas múltiples. Las fracturas inestables son aquellas que a pesar de reducirse no se pueden mantener en su sitio y también aquellas que a pesar de la manipulación no pueden ser reducidas.
medigraphic Artemisa
Padilla Becerra F. Osteosíntesis en cirugía de mano
Las fracturas inestables simples se pueden mantener con clavillos de Kirschner.
Las fracturas inestables complejas requieren de reducción abierta y fijación
interna, éstas incluyen a todas aquellas fracturas irreductibles en forma cerrada,
conminutas, con pérdida ósea y aquéllas diagnosticadas tardíamente, sobre todo
en pacientes politraumatizados y polifracturados. Los desplazamientos de las
fracturas son determinados por las unidades musculotendinosas que actúan a
través de los fragmentos.
Evaluación de la lesión
Todos los pacientes con una fractura en la mano requieren evaluación especial de
los tejidos blandos, incluso en las pequeñas heridas, ya que puede tratarse de la
exposición de una fractura o de una lesión de paquete vascular y/o nervioso.
A todos los pacientes, inclusive aquellos que han sufrido una fractura menor,
se les debe realizar un examen minucioso de partes blandas, sistema motor,
sensitivo y de tendones en toda la mano.
La deformidad rotacional es más evidente con los dedos semiflexionados para
que se revise el paralelismo de las uñas. Cuando están completamente flexionados
todos los dedos apuntan hacia el tubérculo del escafoides.
La deformidad angular se valora mejor con los dedos extendidos. Los dos factores
que más influyen en el resultado final después de una fractura en la mano son:
1. La severidad del traumatismo
2. El método de tratamiento primario utilizado
Estudios radiológicos
Se debe realizar una evaluación radiológica completa de la mano o por lo menos
incluir las proyecciones dorsopalmar, lateral y oblicua. Pueden hacerse necesarias
proyecciones adicionales, dependiendo de la lesión. Se debe revisar por
completo la radiografía, no sólo la zona lesionada, con la intención de detectar
lesiones asociadas y evaluar la estabilidad de cualquiera de las fracturas en
forma clínica y radiográfica.
Tratamiento
El tratamiento ideal depende de varios factores: los que engloban al paciente y
los que involucran la lesión. En lo que respecta al paciente debe considerarse su
Figura 1. Posición
Intrinsic Plus.
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Ortho-tips Vol. 2 No. 1 2006
MG
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:rop odarobale FDP
VC ed AS, cidemihparG
arap
acidémoiB arutaretiL :cihpargideM
sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
estado de salud general, nivel de actividad, ocupación, mano dominante y las
características de la lesión como el grado de afección a partes blandas y el tipo
de fractura o fracturas. El manejo principal de las lesiones en la mano incluye
una reducción lo más anatómica posible; los esfuerzos deben encaminarse a
limitar el dolor, minimizar las cicatrices e iniciar la movilidad tan pronto como sea
posible. La aplicación de estos principios van a minimizar la rigidez, principal
complicación en las fractura de mano.
Generalmente, las fracturas estables pueden ser tratadas mediante reducción
cerrada e inmovilización de la mano en una posición funcional por un par de
semanas y posteriormente iniciar movilización precoz protegida.
Las fracturas inestables, la mayoría de las veces, requieren tratamiento quirúrgico,
así como las fracturas intraarticulares desplazadas y las fracturas asociadas
a lesiones de partes blandas.
Las fracturas expuestas se consideran generalmente inestables porque han
absorbido la suficiente energía como para romper los tejidos y exponerse a
través de la piel, es muy difícil mantener reducidas este tipo de lesiones a
través de un método cerrado. Cuando las fracturas expuestas se encuentran
en pacientes politraumatizados utilizar una fijación estable facilitará su rehabilitación
integral.
Las fracturas expuestas en la mano son diferentes a las expuestas en cualquier
otra parte del organismo, una fractura en el metacarpiano o falange no es
una pequeña fractura de tibia, son diferentes por el excelente aporte sanguíneo
en la mano, incluso la clasificación de Gustillo no se adapta perfectamente a
este tipo de lesiones.
Factores de mal pronóstico
Los pacientes mayores de 50 años con enfermedades metabólicas o sistémicas,
como la diabetes o padecimientos que requieran terapia con corticoides,
tienen un pronóstico más sombrío, al igual que aquéllos con fracturas
en las que existen pérdidas óseas intraarticulares y daño extenso de
tejidos blandos.
Un manejo deficiente de la pérdida o daño cutáneo con inmovilización prolongada
seguramente tendrá un mal resultado funcional.
FRACTURAS DE FALANGE DISTAL
Estas fracturas son muy comunes, generalmente son resultado de una lesión
por machacamiento, a menudo la fractura se acompaña de daño significativo al
pulpejo o al lecho ungueal. Después de reconstruidas las partes blandas deben
utilizarse férulas que inmovilicen lo menos posible, que sólo involucren la articulación
interfalángica distal (IFD) para no causar rigidez a la interfalángica proximal
(IFP). Las lesiones de la falange distal cursan con mucha morbilidad, principalmente
problemas relacionados con complicaciones de partes blandas como
pérdida de la sensibilidad, pérdida de tejido del pulpejo, neuromas y deformidades
de las uñas.
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FRACTURAS DE FALANGE MEDIA Y PROXIMAL
Las fracturas inestables de la falange proximal se caracterizan por un ápex angulado
anteriormente debido a la tracción que como rienda ejercen los músculos
interóseos sobre el fragmento proximal. La angulación palmar acorta la longitud
de la falange proximal y compromete la función del aparato extensor, lo que ocasiona
dificultad para la extensión de la articulación interfalángica proximal (IFP).
Las fracturas de la falange media que ocurren distales a la inserción del tendón
del flexor superficial angulan el ápex anteriormente debido a la tracción del
flexor superficial de los dedos sobre el fragmento proximal y tracciona el mecanismo
extensor que extiende la articulación interfalángica distal (IFD).
Las fracturas inestables de la falange intermedia que se presentan en el segmento
proximal a la inserción del flexor superficial angulan el ápex dorsalmente
debido a la tracción que ejerce la bandeleta central sobre el fragmento proximal
y la tracción del flexor superficial sobre el fragmento distal.
La reducción cerrada y la inmovilización externa generalmente se consideran sólo
en fracturas estables no desplazadas o mínimamente desplazadas. Una vez que verifique
que su reducción es estable y se encuentra debidamente inmovilizada, tome
estudios radiológicos cada semana durante tres semanas para verificar la reducción.
No debe haber desplazamientos, acortamientos, angulaciones ni rotaciones.
Cuando se puede realizar una reducción cerrada pero es difícil de mantener, se
coloca un clavillo de Kirschner percutáneo para lograr la estabilidad (Figura 2).
Cuando no es posible realizar la
reducción en forma cerrada, se decide
entonces hacerla abierta y utilizar
alguna técnica de fijación interna
como clavos de Kirschner, alambre,
tornillos, placas y tornillos de minifragmentos
(Figura 3).
La fijación externa se utiliza en el
tratamiento de las fracturas expuestas
contaminadas, fracturas asociadas
a daño de partes blandas y fracturas
con pérdida ósea.
FRACTURAS DE METACARPIANOS
Las fracturas del cuello de los metacarpianos
deben ser reducidas ante
cualquier deformidad rotacional o lateral,
no hay un acuerdo general sobre
el grado de deformidad o angulación
sagital que se permita. En la mayoría
de los casos, las angulaciones hasta
Figura 2. Fx falange media. de 70° no repercuten funcionalmente.
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Tratamiento
El tratamiento oscila desde
una férula en flexión
metacarpofalángica con
articulaciones interfalángicas
libres hasta intentar
la reducción abierta
o cerrada y estabilización
con un clavillo de
Kirschner, sobre todo en
los casos de conminución
palmar. Jamás deben
inmovilizarse las falanges
en flexión.
La reducción abierta
y estabilización interna
con placa de minifragmentos
es requerida
cuando la fractura es
irreducible por métodos cerrados (Figura 4).
Las fracturas de la diáfisis de los metacarpianos tienen angulación dorsal del
ápex y acortamiento debido a la tracción que ejercen los músculos interóseos.
Los ligamentos intermetacarpales previenen un acortamiento mayor a 3 ó 4 mm.
Sin embargo, se aceptan hasta 5 mm de acortamiento sin repercusión funcional.
Las alteraciones en la rotación pueden ser reducidas perfectamente.
Cuando se trata del índice y dedo medio se procura realizar reducciones anatómicas;
sin embargo, también se aceptan hasta 5 mm de acortamiento.
El tratamiento en el caso de las fracturas estables es una férula o aparato de
yeso en posición de seguridad (flexión en la MF y extensión IF).
El tratamiento quirúrgico se reserva para aquellos casos en los que el manejo
conservador ha fracasado, para fracturas expuestas, para fracturas múltiples,
cuando hay lesión de partes blandas y/o pérdidas óseas. El enclavado
percutáneo y la fijación externa son de utilidad en el caso de las fracturas
expuestas, de lo contrario se pueden utilizar implantes de minifragmentos para
fijación interna.
Figura 3. Osteosíntesis con placas de minifragmentos.
Figura 4. Osteosíntesis de metacarpianos.
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Padilla Becerra F. Osteosíntesis en cirugía de mano
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DEDO EN MARTILLO
El dedo en martillo se presenta por una fractura
interarticular de la falange distal con desinserción
del mecanismo extensor y hay tres posibilidades
de patrón fracturario: 1) fractura no
desplazada, 2) fractura con desplazamiento significativo,
3) subluxación interfalángica.
En cuanto al tratamiento, lo más recomendable
es que sea cerrado con inmovilización
de la articulación interfalángica distal (IFD) en
extensión durante 5 semanas, permitiendo movilidad
libre de la articulación interfalángica
proximal. En estos casos la reducción abierta
y fijación interna es un procedimiento demandante
con alta morbilidad.
LUXACIÓN INTERFALÁNGICA PROXIMAL
En una luxación interfalángica proximal puede
resultar lesionado el fibrocartílago que se inserta
en la base palmar de la falange media y los
ligamentos colaterales. En los casos en que no
hubo lesión ósea (Figura 5) la articulación generalmente es estable después de la
reducción, la cual se realiza con tracción longitudinal bajo anestesia regional.
Después de la reducción se coloca una férula dorsal que permita la flexión
activa pero que impida la hiperextensión. Las consecuencias más frecuentes
son edema crónico, dolor y limitación funcional de la interfalángica proximal (IFP),
por lo que es importante hacer del conocimiento de los pacientes que estas
molestias se pueden prolongar por meses.
FRACTURA LUXACIÓN DE LA ARTICULACIÓN INTERFALÁNGICA PROXIMAL
Esta es una lesión muy importante que ocurre cuando el trauma axial es combinado
con otras fuerzas, se fractura la superficie articular palmar de la base de la
falange media, generalmente multifragmentada, y en ocasiones se luxa la articulación
IFP. Esta es una lesión frecuentemente difícil de manejar y puede ser
responsable de la incapacidad funcional permanente del dedo.
La maniobra de reducción consiste en aplicar tracción longitudinal sobre el
dedo afectado. Posteriormente es imprescindible realizar una proyección radiológica
lateral verdadera de la articulación IFP para detectar cualquier incongruencia
articular en la relación entre la falange proximal y media (Figura 6).
Cuando la reducción es posible el tratamiento resulta un tanto paradójico, ya
que se tiene que instalar una férula que por un lado bloquee la extensión a 100°
y por otro que permita la flexión activa. La fractura, por lo general, compromete
Figura 5. Luxación IFP.
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Ortho-tips Vol. 2 No. 1 2006
MG
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sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
cihpargidemedodabor
por lo menos 60% de la superficie articular y para que el tratamiento
sea exitoso se requiere que la articulación sea estable,
lo que se logra instalando una férula con pocos grados de flexión
para bloquear la extensión por arriba de este punto y permitir la
flexión libremente. A medida que va cicatrizando, los grados de
bloqueo de extensión se van disminuyendo hasta lograr la extensión
completa del dedo afectado (Figura 7).
Cuando no es posible hacer la reducción por métodos cerrados
o cuando la fractura tiene un fragmento mayor, el tratamiento
será reducción abierta y fijación interna, con el inconveniente
de que casi siempre quedará rigidez articular como consecuencia
de esta fijación.
Los fijadores externos y la tracción dinámica, como la propuesta
por Shenk, pueden ser útiles para alinear fragmentos conminuidos.
Se pueden esperar resultados satisfactorios si se mantiene
la reducción articular mientras se realiza la movilización.
La artroplastia del fibrocartílago palmar es un procedimiento
de salvamento para lesiones crónicas o para los casos en los
que han fallado otros métodos.
FRACTURAS CONDÍLEAS DE LAS FALANGES PROXIMAL Y DISTAL
Estas fracturas son intraarticulares y
generalmente tienden a desplazarse
(Figura 8).
Se tratan mediante reducción
abierta y fijación interna para restaurar
la congruencia articular y después
de un esquema serio de rehabilitación
recuperar los arcos de
movilidad.
FRACTURAS LUXACIONES CARPOMETACARPIANAS
El 70% de las lesiones ocurren en
la articulación del ganchoso con el
quinto metacarpiano. La porción radial
del quinto metacarpiano generalmente
permanece unida al ganchoso,
la tracción permanente de los
tendones cubitales anterior, posterior
y del abductor del quinto dedo
contribuyen al desplazamiento
Figura 7. Manejo conservador. proximal del metacarpiano.
Figura 6.
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Se requieren radiografías de buena calidad en proyecciones AP, lateral y oblicuas,
y ocasionalmente se requieren tomografías para evaluar mejor la magnitud
de la lesión.
Tratamiento
Este tipo de lesión se puede reducir con facilidad en forma cerrada, pero es
difícil de mantener sin alguna fijación suplementaria como puede ser mediante
clavillos de Kirschner (Figura 9). Se debe tener especial cuidado en la reducción
de la diáfisis del metacarpiano para recuperar la longitud normal de este rayo.
LESIONES DEL PULGAR
Se requiere de estabilidad en el pulgar
para lograr la prensión y una pinza
poderosa. En el caso de fracturas
proximales generalmente el ápex de
la desviación es radial, se pueden
permitir hasta 30° de angulación. La
reducción cerrada es posible pero
difícil de mantener, por lo que serán
necesarios uno o dos clavillos de
Kirschner para mantenerla reducida.
LESIONES ARTICULARES CARPOMETACARPIANAS
DEL PULGAR
Las fracturas de Bennett (Figura 10)
son lesiones articulares con un pequeño
fragmento palmar unido al segundo
metacarpiano. Las fracturas
de Rolando son de más alta energía,
por lo que presentan conminu-
Figura 9. Luxación carpo-metacarpiana.
Figura 8. Fractura condílea.
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Figura 10. Fractura luxación de Bennett.
ción de la base del pulgar adoptando
formas de “T” o “Y”.
El fragmento palmar se mantiene
unido al ligamento oblicuo anterior
del trapecio. La base del metacarpiano
y la diáfisis se desplazan dorsal y
radialmente por la tracción del tendón
del abductor largo del pulgar.
Tratamiento
La estabilización de la fractura de
Bennett se consigue generalmente
después de la reducción cerrada, con
la fijación de un clavillo dirigido al
fragmento estable, al trapecio y/o al
segundo metacarpiano.
En ocasiones se requiere de reducción
abierta y fijación interna con tornillos (Figura 11) o con miniplacas y
tornillos de 1.5 mm (Figura 12). En fracturas articulares se recomienda reducción
anatómica para evitar en lo posible la artritis postraumática.
La fractura de Rolando generalmente ocurre por carga axial que multifragmenta
la superficie articular de la base del primer metacarpiano, los patrones
de fractura suelen ser en “T” o en “Y” y tienen tres o más fragmentos que si
no están desplazados se pueden contener con clavillos percutáneos intrafocales.
Si hay desplazamiento, lo recomendable será la reducción abierta y
fijación interna con clavillos, tornillo de compresión interfragmentaria o miniplaca
de sostén.
En resumen, las lesiones en la mano son muy comunes y ninguna de ellas se
debe considerar insignificante sólo porque ocurren en huesos pequeños, todas
Figura 11.
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se deben acompañar de una rehabilitación intensiva si es que han sido tratadas
correctamente.
BIBLIOGRAFÍA
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único. Rev Mex Ortop Traum 1995; 9(3): 131-133.
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subespecialidad, UNAM, 1989.
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4. Schenck RR. Dynamic traction and early passive movements for fractures of the proximal interphalangeal
joint. J Hand Surg Am 1986; 11(6): 850-858.
Figura 12. Fractura luxación de Rolando.
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